





Conmemoración del ataque y hundimiento del buque pesquero Narwal
Homenaje a los civiles caídos en la Guerra de Malvinas
En el marco de una jornada de profundo respeto y memoria, se realizó una ceremonia en conmemoración al ataque y hundimiento del buque pesquero Narwal, ocurrido durante el conflicto bélico de Malvinas. El acto tuvo lugar en la Plaza Homónima, ubicada en el barrio Colinas de Peralta Ramos, un espacio que mantiene viva la memoria de aquel trágico episodio y del valor de sus protagonistas.
La ceremonia fue coordinada de manera conjunta por el Centro de Veteranos de Guerra “Operativo Malvinas” y la Escuela Nacional de Pesca “Comandante Luis Piedra Buena” (ESNP), en un trabajo colaborativo que permitió reunir a autoridades, familiares, vecinos, excombatientes y miembros de la comunidad marítima y educativa.
El buque Narwal, de bandera argentina, cumplía tareas civiles en apoyo logístico y pesquero cuando fue atacado por fuerzas británicas el 9 de mayo de 1982. En el incidente perdió la vida el contramaestre Omar Alberto Rupp, tripulante civil, cuyo nombre se suma al de tantos hombres y mujeres que, sin haber sido militares, ofrecieron su vida o su esfuerzo durante el conflicto.
El acto no solo rindió homenaje a la memoria de Rupp y de todos los civiles involucrados en la guerra, sino que también buscó reconocer el aporte silenciado de trabajadores del mar, que desde distintas funciones acompañaron las operaciones argentinas en un escenario de guerra que los encontró, muchas veces, sin preparación ni protección adecuada.
Durante la ceremonia se colocaron ofrendas florales, se entonó el Himno Nacional y la Marcha de Malvinas, se escucharon palabras alusivas que destacaron la importancia de mantener viva la memoria y la historia, especialmente en lo que respecta a los sectores que históricamente han quedado al margen del reconocimiento oficial.
Dar la vida por la patria no es solo un acto de valor, es una entrega total, nacida del amor y la convicción. En los momentos más oscuros de la historia, cuando la paz se ve amenazada y el deber llama, hay hombres y mujeres que dan un paso al frente, conscientes de que su decisión puede costarles todo. No lo hacen por gloria ni por odio, sino por un profundo sentido de pertenencia, por defender a quienes aman, por proteger lo que creen justo.
El sacrificio de quienes ofrendaron su vida trasciende el campo de batalla. Nos interpela como sociedad y nos obliga a reflexionar sobre el verdadero significado de la patria, la soberanía y la memoria. Su entrega es un legado moral que debe guiarnos hacia un futuro más justo, más consciente de los costos humanos de la guerra y más comprometido con la paz.
En cada nombre que recordamos, en cada homenaje, no solo agradecemos el sacrificio, sino que renovamos el compromiso de construir una patria digna de ese amor. Porque quienes dieron la vida por ella nos enseñaron que la patria no es un lugar, sino un lazo que nos une, una responsabilidad que compartimos y una historia que debemos honrar.
El homenaje al Narwal es también un llamado a seguir construyendo una memoria plural, justa y participativa, que incluya a todos los protagonistas de Malvinas: militares, civiles, trabajadores del mar, y familias que aún esperan que la sociedad en su conjunto abrace una causa justa ofrendando su merecido reconocimiento.